Un menu a un euro: el recurso para universitarios franceses en precariedad
Tras las protestas de enero, en las que los estudiantes denunciaban su precariedad economica, pero tambien emocional por no poder ir a clase en persona y ver a sus compañeros, el Gobierno decidio que los comedores universitarios ofrecieran comida a un euro para los mas necesitados.
Mas aun porque este restaurante es un proyecto social y tiene entre su personal a jovenes con sindrome de Down a los que ofrece formacion en hosteleria.
Trasiego en la cocina
En la cocina, Sarah, una veterana de la hosteleria, tiene ante ella una hilera de recipientes de plastico para llenar con una racion de ensalada recien preparada.
Eurydice se fija en los gestos de su compañera y, cuando llega su turno, se aparta un mechon de pelo de la cara, se ajusta el mandil y se esmera en imitar a su maestra.
Pero Eurydice no es la unica que aprende el trabajo en hosteleria. Tambien lo hacen otros siete compañeros con sindrome de Down, de un total de trece trabajadores del restaurante. El espiritu de este proyecto es “ayudar a personas con trisomia 21”, destaca Vellutini.
Una de las primeras en llegar es Adelaide, de 22 años y procedente de Nantes, que explica que tiene que sobrevivir en una ciudad tan cara como Paris con los 840 euros mensuales que cobra en el sistema mixto de estudio y trabajo en el que esta integrada.
Adelaide, que estudia Moda, ganaba antes un dinero extra trabajando como canguro, pero las medidas restrictivas contra la pandemia (cierre de hosteleria y lugares culturales, confinamientos y teletrabajo) acabaron con la mayoria de empleos a tiempo parcial o informales para los jovenes.
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“No me da vergüenza. La situacion es complicada”
Otra de las que vienen a Le Reflet por el menu solidario es Ines, una estudiante madrileña de Biologia que esta en Paris dentro del programa europeo Erasmus, del que recibe su unico ingreso, alrededor de unos 500 euros mensuales.
Cuenta que ha intentado aumentar sus ingresos con algun trabajo, pero ha encontrado todas las puertas cerradas: “Buscar practicas pagadas esta muy complicado. E incluso buscar un ‘curro’ aunque sea mas tonto, de camarera o de lo que sea, tambien esta muy dificil”.
Luis Alberto, un frances hijo de peruanos que estudia un master de Matematicas en la Sorbona, no trabaja y vive del sueldo de su hermano mayor, por lo que este menu le ayuda “bastante” a no ser una carga.
Y se deshace en elogios hacia el restaurante: “estan empezando como una cadena de ayuda: ellos estan ayudando a personas con dificultad para encontrar trabajo y a su vez ahora ayudan a los estudiantes”
“Yo pienso que el Gobierno no supo hacer lo necesario por los estudiantes en Francia”, concluye.
Fuente: pitirre.info